La calculada aparición de una fanfarria de WikiLeaks rebelando la manera sierva como los políticos manejan tópicos estrictamente nacionales en la embajada norteamericana, un bochorno de dimensiones colosales que lamentablemente ya a nadie espabila.

Del Castillo con los asesores políticos gringos asegurándose que Lourdes Nano no persista en pelear para llegar a la segunda vuelta, la explicación: Alan García era el único que podía vencer electoralmente a Ollanta el cuco anti sistema. Ahora sabemos todo lo que hicieron para triunfar, incluido el espionaje telefónico dirigido por el operador Elías Ponce.

La delegación Fujimori, el tío y la actual candidata, informando con cierto sosiego el arreglo arribado con el Apra, apoyo incondicional de la bancada naranja durante el gobierno de Alan, tema comprobado, a cambio de no meter las manos en la extradición de Fujimori (Alan de entrada desmanteló la procuraduría anticorrupción y manifestó mantenerse al margen del proceso contra el dictador), posteriormente buen trato carcelario y todos sabemos con detalles este episodio.

Sorprende leer en estos cables informativos como el embajador manifiesta haber conversado con un locuaz Luis Castañeda dando su opinión sobre Alan García al que calificó de un vendedor de cebo de culebra, cuando todos lo conocemos como el mudo por su resistencia sistemática a dialogar. Y a Kuczynski como un efectivo y feroz lobista, credo que lo sabemos con amplitud.

Fernando Rospigliosi considerado un intelectual progresista, también abrió la boca para solicitar la intervención norteamericana y frenar el avance popular de Ollanta, asunto electoral que nos concernía decidir únicamente a los peruanos. Sin desparpajo alguno, brinda pormenores casi orgulloso de su equívoco sometimiento al imperio.

Sin embargo, lo más inesperado de los WiKiLeakas son aquellos donde se advierte la visita del mismísimo Ollanta a la embajada de la potencia para notificarles que él no es el demonio anti sistema que pregonan sus enemigos sino un angelito respetuoso de la inversión privada.

Los WiKiLeaks nos han sacado del marasmo en que nos hizo sucumbir Castañeda con su manido sambenito de haberse hecho la prueba toxicológica para demostrar que es un hombre sano y honorable y Toledo no. También nos ha demostrado como recalaban por la embajada a pedir permiso, informar o solicitar ayuda sin empacho alguno. Esto lo sabían muy bien Fujimori y Montesinos, por eso instalaron en la sala del SIN un sucedáneo para efectos más perversos.

¿Deberíamos avergonzarnos de esta conducta abyecta? Claro que deberíamos. Pero ya nada nos perturba. En un país con más decencia sería un escándalo inimaginable. Acostumbrados estamos desde la colonia primero y con la república luego de tener una clase política incompetente, incapaz de afrontar sus retos, por eso la urgencia de consultar todo. Y a un imperio vigilándonos y entrometiéndose siempre en temas que sólo nos conciernen a los peruanos. Y aún hay más que el poderoso periódico El Comercio guarda y esgrime como un arma de negociación.

A estas alturas César Acuña Peralta debe estar aplicándose un contra suelazo más. Alianza Para el Progreso, el partido que fundara y tuviera un sorprendente éxito en las últimas elecciones triunfando gracias a la gran inversión hecha y al voto anti aprista, corre el riesgo de no rebasar la valla electoral.

Y es que Kuczynski, el candidato de Alianza para el Gran Cambio, organización que formaron junto al pastor Humberto Lay, el multifuncional Yehude Simon, la siempre derrotada Lourdes Flores, no hecha fuegos como calcularon y apenas, según alguna encuesta, roza con suerte el 5%. Tremendo malestar para un empresario que en las últimas elecciones tuvo una gran victoria y quizás, participando sólo con su agrupación, hubiera tenido la oportunidad de alcanzar algunos escaños en el norte, muchos del clan Acuña Peralta como los Fujimori.

La clave para la ausencia de una explosión popular que despuntara a su candidato, es que éste por un lado trasmite la imagen de un empresario agringado que tiene serios problemas de comunicación con el pueblo, y porque la consorcio que constituyeron es uno más de esos pactos espurios de intereses políticos eventuales. Un colosal sancochado que nadie descifra.

Quizás hubiera sido el momento propicio de medir su crecimiento y fuerza real compitiendo sólo con listas parlamentarias, como ya lo señalan algunas voces Apepistas, porque la decisión de formar parte de ese folclórico pandemónium y salir derrotado puede ser lo más cercano a un harakiri (debe saber con ironía que Hitler se suicidó con una PPK). Esto demuestra que el votante para una elección municipal y regional no es el mismo que para una elección presidencial. Los votos no son endosables.

En tanto el resto de candidatos exhiben lo peor de sus miserias en una campaña repugnante, César Acuña Peralta atacado por una intempestiva migraña producto de su compromiso inservible con PPK, anda haciendo y diciendo lo insostenible con tal de no sucumbir en medio de este desbarajuste que el entusiastamente impulsó.

Trágico el nivel alcanzado en la campaña electoral. Los candidatos, como en la peor fonda del lunfardo rufián y de puñalada traicionera, han empezado a despotricar de cada quien con talante avieso. Se olvidaron circunstancialmente de los pobres y sus ofertas. Y pensar que esto es sólo el comienzo.

Todo empezó cuando Toledo hizo unas propuestas interesantes acerca del aborto, las drogas y la unión homosexual. Lamentablemente tuvo que desdecirse, como siempre, acosado por sus adversarios y los fundamentalistas de la iglesia encabezados por Cipriani. Entonces, vino el chairazo artero de quien menos lo esperaba, el siempre sobrio San Román lo acusó de gobernar coqueado mientras que Kuczynski, por entonces su ministro preferido, trabajaba 16 o más horas diarias.

Luego la segunda escena de esta tragicomedia llegó de inmediato, el corte de pelo de Castañeda y Keiko para un examen toxicológico insinuando que ellos no consumen cocaína y que el ex presidente sí, por lo tanto se encuentran calificados para gobernar. Castañeda tiene mucho que aclarar sobre el caso Comunicore y Keiko se olvida de los narcoaviones y las eterizaciones forzosas de la era de su padre. Lo que deberían hacerse todos los aspirantes es la prueba de la honradez. Seguro desaprobarían por goleada.

La tercera parte del show llegó de inmediato, escuderos y tránsfugas adquiridos por Solidaridad Nacional, imitando a su jefe, continuaron con la payasada del corte de cabello para la malhadada prueba, que lamentablemente sólo demuestra la ausencia absoluta de docencia política en todos estos grotescos aspirantes.

Este curso de colisión en que se encuentran los candidatos pro sistema es sólo una farsa con un propósito definido, evitar olímpicamente debatir sobre asuntos trascendentales para los peruanos: Corrupción, educación, pobreza, inversión extranjera, contaminación, distribución de la riqueza, modificación de la Constitución fujimorista.

En tanto a Ollanta le reabren el caso Madre Mía para continuar suavizándolo. Castañeda no sabe cuánto le costará traer a J.J. Rendón el rey de la difamación y especialista en ensuciar campañas a toque de rumores en el ciberespacio. No olvidemos a los chuponeos que también tienen un papel cardinal en este sainete. Lamentablemente tenemos diatribas y bufones para rato.

Lo curioso es que mientras los candidatos ensalivan para injuriarse, el Ejecutivo se zambulle otro festín, acaba de promulgar unos Decretos de Urgencia con el que pretende, (Alan no aprendió la lección de Bagua) ejecutar 33 proyectos exonerándolos de todos los trámites de control medio ambiental y otros filtros. Y para el colmo de la sinvergüencería, uno de esos proyectos favorece directamente al ministro de economía dueño de la empresa agroindustrial Lanchas S.A que recibirá agua de un trasvase de la Cuenca Rio Pisco-Rio Seco. Un clarísimo conflicto de intereses y un acto más de corrupción de su majestad don Alan.