viernes, 28 de mayo de 2010

La celebración de los 35 años de Keiko Fujimori fue un espectáculo deprimente. Congresistas de su bancada montaron un show de pesadilla. Bailaron Thriller para revelar que no están muertos si no bien vivitos, ritmo negro porque todavía tienen mucho movimiento, el Rock de la Cárcel ya que gracias al Apra la prisión del jefe es una fiesta y hasta uno de ellos bailó el clásico Pedro Navaja como para que comprendamos que esa reunión era un asunto de Alí Babá y su collera.

Más allá de la anécdota y la feria barata en que han convertido a la política nacional estos señores, subyace una conducta de vasallo a la que no pueden declinar. Condición impuesta con disciplina de hierro por el hoy sentenciando ex presidente. Los que se atrevieron a rebelarse pagaron caros sus propósitos.

Además manifiesta el poco respeto que le tienen al país. Actúan como si durante el gobierno fuji-montesinista no hubiera pasado nada. Olvidaron que hicieron del hurto una manera eficaz de enriquecerse, del crimen una forma cobarde de librarse de sus oponentes, del chantaje un método ineludible para someter, de la compra de conciencias un estilo de fácil de adquirir congresistas miserables.

Olvidaron también que su padre en un acto de extrema cobardía renunció por fax a la presidencia del Perú y que doña Keiko, la candidata y homenajeada de hoy, estudió con el dinero robado a todos los peruanos y que, además, no hizo ningún aspaviento al reemplazar a su madre luego de que fuera expulsada vilmente del entorno presidencial por denunciar actos de corrupción de la familia Fujimori. Fue sin duda un episodio perverso.

Ahora se alistan para repetirse el plato ante la complacencia de la clase política, la indiferencia de muchos y la impavidez de algunos que todavía alzan la voz. No estaban muertos, jamás lo estuvieron. Mantuvieron su poder a través de subalternos mimetizados, de sus alianzas cínicas, del dinero asaltado, de jueces inamovibles y de cientos de videos cuidadosamente escondidos para la extorsión.

Esta fiestecita desgraciadamente sólo demuestra el gran circo que son nuestras elecciones. Para desdicha nacional, una vez más, sólo queda como opción ignominiosa usar las manos para aplaudir y votar. Y estos señores, que para suerte suya no necesitan ni máscara ni maquillador, sólo esperan como en el mejor de los carnavales coronar a su majestad como la reina del país de los desmemoriados.

jueves, 20 de mayo de 2010

Jaime Bayly conductor de televisión y candidato presidencial en ciernes, acaba de descubrir con cierto desplacer y tardíamente que el señor Barba Caballero, el mismo que llegó hasta su set a ofrecerle sin condiciones su partido Cambio Radical para tentar el sillón de Pizarro, era un reverendo sinvergüenza.



La razón, haber negociado inconsultamente el alistamiento a sus filas de Alex Kouri como candidato al sillón metropolitano. De esta manera el periodista quedó descolocado por su manifiesto rechazo al candidato de la vecindad Fuji-Montesinista. Justo cuando Barba había logrado el efímero milagro de unir perro, pericote y Bayly.



Tuvo que verse obligado a prescindir ante cámaras de su socio electoral y fregarse un poco del lodo salpicado emitiendo, con su acostumbrada dicacidad, un reportaje con el itinerario sinuoso de Barba en su papel de celestino político y con los pactos y conspiraciones de Kuori-Montesinos en la salita del SIN. La muestra fue nauseabunda.



Lo curioso en Bayly estriba en que si bien no es un “político cuajado” a la vieja estirpe putrefacta que tenemos y apuesta por una especie de despolitización de la política, no es tan tonto como para no haberse dado cuenta del esperpento que cometía al ligarse con Barba. Así sólo repetía las acostumbradas troikas y repartos tan rechazados por la ciudadanía.



Sin embargo esta anécdota de nuestra política chicha subyace un problema serio: cómo es posible que existan este tipo de partidos fantasmas reconocidos por el JNE y que funcionan con el mayor de los desparpajos. Que existan políticos que manejan estos engendros despatarrados esperando al mejor postor como en un barrio rosa. Evidentemente el Parlamento que aprobó la ley que les daba continuidad sin justificación hizo espléndidos cálculos.



Ahora tenemos a un Bayly nuevamente en los principios, sin socio, sin logística para recolectar firmas, sin saber a qué o para quién juega y sus seguidores vacilando si lo toman en serio o en broma. En tanto nuestra tragicomedia nacional soportará un golpe más, Barba acaba de anunciar otro arrebato: él será el candidato presidencial en vez del periodista “a los 58 años un hombre está en edad de hacer locuras”. Afirmó con la mayor de las sonrisas.



Carlos Campos V. Ch/20/05/10

sábado, 8 de mayo de 2010

Cuando creían que ya pasaban “piola”, la extraña pérdida de cientos de archivos de los petroaudios (los que desfilaron por la policía, la fiscalía y el poder judicial), las nuevas develaciones comprometiendo aun más a personajes ligados al poder y el banquete de los terrenos en Cofopri, el escándalo y no la vergüenza puso en jaque al gobierno y al Apra.

Una historia casi calcada, por su evolución y no por el tiempo que duró, con el indulto a Crousillat. Fue la indignación ciudadana y no las evidencias incuestionables de la buena salud del broadcaster lo que hizo retroceder a García de su mañoso perdón. En el caso de los petroaudios, por ídem, dejaron que el tiempo, la pésima memoria peruana y una justicia controlada políticamente se encargaran de disipar en el olvido, una vez más, un repulsivo episodio de nuestra necesaria vida democrática. El tiro les salió por la culata.

Y como Dios y lo peruanos perdonamos el pecado (léase robo) más no el escándalo, tuvo que salir el mismo presidente con su ilustre lengua a increpar a las ratas y miserables, exigiendo que la justicia sea vertiginosa para castigar a estos malsanos. Si todos conocemos de las presiones y las maniobras realizadas bajo su amparo durante largo tiempo para licuar las pruebas y cercar las investigaciones. Todo con su anuencia y la lenidad del poder judicial. Con una maniobra muy suya intenta aparecer como el pulcro y ajeno. Pasaron dieciocho meses de un ominoso mutis para que García diga algo.

Sólo eso, hablar y nada más, porque medidas específicas contra la corrupción no constan, como tampoco existe una política específica contra esta desventura nacional. Al contrario, todos los gobiernos de nuestra dolorosa historia republicana tienen como Política de Estado no tener ninguna Política de Estado contra la corrupción. Así festinan mejor.

Jorge Del Castillo, compañero y contendor interno del presidente, comprometido en este affaire y a la vez Secretario General del Apra junto a Omar Quezada otro de los chamuscados, tuvo que pedir licencia política y allanarse a la investigación fiscal para calmar las aguas ante la reluctancia inicial del segundo. La desconfianza ciudadana radica en que la fiscal Echaiz, mandamás del Ministerio Público y responsable de la investigación, es esposa de un reconocido dirigente aprista lambayecano.

Mientras tanto un García casi satisfecho desde el velatorio del trovador peruano Lucho Barrios pareciera cantarle a viva vos a su defenestrado ex Primer Ministro “dudo, dudo que seas feliz, hay dios mío hay dios mío hay dios mío, esta duda me quiere matar”, los otros comprometidos en estas escandalosas conversaciones, los empresarios, disfrutan tranquilos sus días como si nada hubiera sucedido. El asunto no es con ellos.