sábado, 30 de junio de 2012
CHOTA, LA HORRIBLE
Parafraseando a Sebastián Salazar
Bondy, nuestra querida Chota, salvando las diferencias, tiene mucho de esa Lima
a la que este brillante autor desnudó. La Lima idílica y virreinal que todos
imaginaban era para 1964 ya una ciudad llena de desorden y basura y con un
agresivo mestizaje que lo expulsaban de los cánones de la ciudad perfecta para
los criollos. Chota, a su manera, vive un proceso parecido muy andino.
Experimenta un fuerte fenómeno migratorio
interno, desde los distritos hacia la ciudad, lo que ha derivado en el
crecimiento acelerado y desordenado de la ciudad. En el aumento irracional de
los precios de las casas y terrenos, naturalmente de la mano del narcotráfico
que actúa lavando. Esta nueva estructuración urbana no toma en cuenta áreas
verdes ni avenidas amplias, protección de los ríos y quebradas, ahora
totalmente contaminados. El río Colpamayo brutalmente ensuciado por el camal.
El río Chotano del mismo modo también contaminado por el Colpamayo que deposita
sus aguas infectas allí, por los desagües citadinos y hasta por los desechos
del hospital.
Junto a este desorden sobreviene otro.
El tránsito. Las mototaxis han intoxicado a la ciudad ante la inacción del
alcalde que debe regular su circulación. Incluso circulan por la misma plaza sin
que nadie repare en ello. Caminar por las calles de Chota se ha convertido ahora
en un deporte de aventura. Corren, no conocen las reglas de tránsito, muchos
son menores de edad. Esta fuente de trabajo por la que muchos chotanos optan
debería ser regulada adecuadamente para evitar que la ciudad aumente su caos y
sus ciudadanos vivan en un infierno.
También hay otros males, comercio
ambulatorio, calles destruidas, falta de un adecuado servicio de agua potable,
etc. Todo esto no es más que la confirmación que en las últimas décadas ser
alcalde es un gran negocio para quien es elegido, pero para la ciudad y sus
ciudadanos ha sido y sigue siendo la peor de sus pesadillas. Sin grandes obras
de impacto, sin infraestructura adecuada, sin planificación. Claro, fiestas, bailongos
gratis y chupetas en la Plaza de Armas hasta la madrugada, todo con plata de
los contribuyentes, pueden hacer olvidar esta desdicha ¿por cuánto tiempo?
Nuestra Chota ciudad ha roto su
equilibrio con su entorno verde, esa bella campiña que todos admiramos. Del
mismo modo, expresa esa ausencia de identidad y esencia rebelde de la que tanto
nos jactamos. Así como Lima, la horrible, no era el ensueño criollo que
creyeron, esta Chota tampoco es pueblo pródigo de valentía y coraje. Esta
dinámica y la falta de autoridades adecuadas lo han convertido en una nueva
ciudad, desordenada, tugurizada y pareciera que está haciendo todos los
esfuerzos por borrar su pasado, como si renegara de él. Y así es que hay que
analizarla hoy para comprenderla y darle un horizonte mejor.
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sábado, 16 de junio de 2012
GOYITO HUMALA:
UN VIAJE MÁS
El presidente ha adquirido la lastimosa
costumbre de ausentarse justo cuando las papas queman. Un país al borde del
colapso y él muy orondo (o muy medroso), recorre el mundo explicando los
grandes logros de un modelo económico al que antes fustigaba frontalmente. Ya
recorrió Asia, se oxigenó por Chile (país al que también flageló cuando era candidato)
y ahora acaba de arribar con nuevos aires de Europa.
Estas giras no tendrían nada de
malo, son necesarias por muchas razones, pero no cuando el gobierno enfrenta un
contexto social muy delicado. Veamos. Viajó a China justo cuando los huestes de
los Quispe Palomino secuestraron a trabajadores de Camisea. Ordenó un
despliegue absurdo de tropas para rescatarlos y aniquilar a los sediciosos,
luego las dejó y con una gran comitiva alzó vuelo. La operación fue un
desastre, policías y militares muertos, otros abandonados y dos ministros en
picota que tuvieron que esperarlo para renunciar justo cuando iban a ser
desaforados.

Y como los conversos suelen ser
más papistas que el papa, Humala hace justamente lo que más reprochaba cuando
candidato. Impulsar TLC, hacer arreglos con Chile, exponer satisfecho las
bondades del modelo, etc. Todo este maremágnum de razones en tanto en el frente
interno el país se paraliza, sangra y colapsa. Es decir, le importa un rábano que
un Valdés mediocre y con muchas motivaciones fujimoristas maneje a su estilo
esta batahola de reclamos. Iza las banderas de la confianza a los
inversionistas extranjeros reafirmando su felonía a sus electores quienes
tenían un candidato ganador y ahora enfrentan a un presidente, como dice Mirko
Lauer, que se cambió de caballo en pleno cruce del río.
En tanto su partido político (que fuera
creado por la familia Humala y que él astutamente se apropió con sus adláteres
y luego maquilló) es apenas un espejismo poblado de incautos y otros que sueñan
con conseguir una “chambita” para saciar sus penas. También hay de los otros que
con algo de tonta ironía, como el ex congresista y dirigente nacional Werner
Cabrera, quien afirmó que los parlamentarios renunciantes no habían entendido
lo que, en palabras del presidente Goyito, este trotamundos ideológico, significaba
la gran transformación. De Ripley.
Jodida situación esta. Un gobierno para el que todo claro es gris y con una casta de empresarios que creen que la cordillera es la fuente inagotable de su riqueza. Un presidente huidizo además de pinocho, un cardenal estupidizado por el poder y la ambición, y para reafirmar tamaña mala leche nuestra, un premier castrense de ideas pero castrado de inteligencia política para resolver. Ahora se alistan para anunciar que minera Yanacocha ha aceptado las condiciones impuestas por el estado para explotar Conga. Sin considerar que Cajamarca y sus provincias mantienen más de dos semanas de huelga esperando ser escuchados. Ahora ¿cuál será el nuevo destino de nuestro camaleónico mandatario?
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sábado, 2 de junio de 2012
CUALQUIER PARECIDO ES
¿PURA COINCIDENCIA?
Los parecidos son asombrosos,
pero no deberían asombrarnos. Alberto Fujimori y Ollanta Humala, los dos
presidentes elegidos por el mayoritario voto ciudadano gracias a su oferta
popular. Al mismo tiempo los dos más grandes alevosos al pueblo y a sus
promesas, tienen demasiados semejanzas que deberíamos tomar en serio. Así es
esta malnacida vida republicana nuestra
tan exquisita en ofrecernos ilustres esperpentos.
Si no veamos algunas de ellas.
Fujimori le ganó al candidato de la derecha Mario Vargas Llosa con un discurso
opositor y un eslogan que caló: Honradez, tecnología y trabajo. Ya sentado en
el sillón presidencial se apropió del plan de la derecha, tiró al tacho de la
basura su eslogan, dio un golpe de estado con argumentos falaces, licenció a sus
colaboradores y técnicos de izquierda que lo apoyaron. Resultado, nos sumió en
una década de vergüenza, crímenes y asalto al erario nacional.
Ollanta no pretende ser un
segundón. También tiene lo suyo. En campaña fue el candidato antisistema, el
representante izquierdista de los pobres
a quienes les resucitó la esperanza por
justicia social y una lucha frontal contra el abuso de las mineras y el
gran capital. Una vez en el poder hizo su mejor acto den travestismo político. Abrazó
agradecido el neoliberalismo como bandera, despachó a los cuadros de izquierda
que lo apoyaron en campaña y hoy viaja con Roque Benavides, uno de los dueños
de Minera Yanacocha, quien lo aplaude feliz en los foros internacionales.
Fujimori militarizó el país para
gobernar e implementar una razia cometiendo los crímenes más espantosos.
Ollanta hace lo suyo en las zonas de protesta y ya van doce muertos en menos de
un año de gobierno. El primero implementó los jueces sin rostro para mantener
la impunidad y la cárcel para muchos inocentes. El segundo secuestra a
dirigentes y autoridades, como al alcalde de Espinar trasladado a Ica, fuera de su jurisdicción, para ser enjuiciado
y posiblemente sentenciado por algún juez obsecuente. Y en sicosociales son
brillantes. Ambos con sus rasputines bajo sombra: Montesinos uno, Villafuerte
el otro.
Los dos han sabido rodearse de
perfectos incompetentes y muchos pícaros. En el caso Fujimori la saga es larga
por los años que usurpó el poder. Ollanta también muestra talento para no pasar
inadvertido. Dos presidentes incultos y ordinarios no pueden tener cerca a
quienes los puedan opacar. Para el japonés toda oposición era subversiva, para
el militar toda reclamo es extremista. Como lo explica Carlín en su genial
caricatura: “La mejor prueba de que los
de Espinar son radicales violentistas es que el 76% de ellos votó por Humala”.
Suficiente.
Pero en otras traiciones los dos
se llevan las palmas de oro. No sólo cojudearon al pueblo que les creyó.
Fujimorí traicionó a la mujer que le puso el dinero para su campaña. Susana
Higuchi, la madre de sus hijos y primera dama de país. La misma que tuvo el
valor de denunciar el pillaje que cometía la familia del dictador, terminó
torturada, dopada y expectorada del poder. Ollanta para no desafinar, negó al
hermano que perpetró el andahuaylazo con su venia, rechazó en todos los idiomas
ser el artífice de tal locura, que él de conspirador no tenía nada, y para que
todos le creamos, envío al hermano sentenciado a un penal que no le
corresponde. La Derecha Bruta y Achorada (DBA) y su prensa suspira en halagos a
su presidente redimido.
Con fujimoristas y representantes
de las corporaciones en su gabinete. Y con ese discursito pobretón pero
peligroso, y ante la perspectiva de más protestas de un pueblo que se siente
estafado, como asevera Hildebrant en su
semanario “la traición también genera
violencia”, no sería nada extraño que termine pisoteando una vez más esta
prostituida democracia y a nuestra criticada constitución. Aunque, maldita
coincidencia, ambos juraron ser presidentes sobre la nostálgica Constitución de
79.
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