sábado, 2 de noviembre de 2013
CHOTA: LUCES Y
SOMBRAS
Los chotanos muy entusiasmados
celebramos los 461 años de la fundación española de nuestro pueblo. Aun sin sustento
científico probado, esta tesis de Francisco Cadenillas (los hay otras como la
de Jorge Berrios, los Agustinos Recoletos) con una visión muy ibérica de
nuestra historia, se ha tomado de referencia para fijar nuestro origen, desdeñando
el hecho demostrado que Chota es un pueblo milenario. Allí los magníficos
restos arqueológicos que heredamos de los Pacopampa, Wambos, etc. Que sirva entonces
esta fecha como pretexto para hacer algunas reflexiones necesarias.
Las buenas noticias de los
últimos años llegaron con el inicio del asfaltado de la trocha que nos unía a
la ciudad de Chiclayo. Esto ha permitido (sin que aún esté concluida) acortar
distancias, viajar más seguro y de manera más decorosa. De igual manera la
creación de la Universidad Nacional Autónoma de Chota, decisión política del gobierno
anterior. Ambas obras que fueron una respuesta positiva a décadas de reclamos y
luchas con muertos incluidos.
La revalorización del Centro Ceremonial de
Pacopampa, la asignación de un presupuesto por parte del Gobierno Regional para
llevarlo a cabo y los descubrimientos, tanto de la Dama de Pacopampa en el
2009, como este año el del gran monolito, que representa a un hombre jaguar, por
parte del equipo de arqueólogos de Yuji Seki, nos colocan en las primeras
planas de las noticias especializadas del mundo y en el escenario histórico
nacional, tanto por la calidad del trabajo como por su antigüedad e importancia
en el proceso formativo peruano. Además, nos ayuda a los chotanos a encontrar
nuestras verdaderas raíces como pueblo, a propósito de estas celebraciones en
una fecha apócrifa.
Lamentablemente, estas buenas
noticias son saboteadas por las autoridades incompetentes que hemos tenido los
últimos años. Y como ya sustentamos otras veces, en el caso de los alcaldes cambiamos
mocos por babas. Cada oportunidad se
elige uno peor que el anterior. Gracias a estos ineficientes para la gestión,
pero muy vivaces para los turbios negocios, Chota atraviesa uno de sus peores momentos.
Caos vehicular, crecimiento desordenado y sin planificación, contaminación de
los ríos, comercio ambulatorio y para coronar nuestra desdicha, la delincuencia
ha empezado a campear en la ciudad con carteristas y asaltantes en mototaxis.
De todos estos elegidos que
corrompen los procesos derrochando dinero, este último alcalde no sólo es ladino
y un ilustre ineficiente, sino también muestra por el pueblo chotano un gran
desprecio. Tiene la desfachatez de no atender a la población, anda de viaje
enfrentando los juicios de su mala gestión en el municipio de Tacabamba y Chota
le paga los viáticos, no asiste a las ceremonias y eventos que el mismo
programa (observemos el cursi y oportunista homenaje a destacados chotanos al
que tenía decidido no acudir). Y en una época en que el municipio cuenta con
millones de soles para realizar obras de trascendencia, este dinero se ha
escurrido como por arte de magia. Magia de un alcalde pícaro e invisible, que
ha convertido a Chota en su chacra y a muchos chotanos en sus pecheros.
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