sábado, 11 de octubre de 2014
LAS
CLAVES DE GOYO
Afirmar que el
triunfo de Gregorio Santos en Cajamarca se debió solo a la torpeza gubernamental
que lo victimizó al impulsar su detención por presuntos hechos ilícitos, en
tanto fue presidente del Gobierno Regional, es una conclusión simplista y
antojadiza. Olvidan que cuando fue recluido en prisión generó los aplausos y
vítores de los que hoy proclaman indignados esta tesis. Las claves del triunfo
de Goyo es la sumatoria de muchos factores políticos, sociales y económicos.
Todos ampliamente conocidos pero siempre esquivados. Empezando por la felonía
de Humala al pueblo cajamarquino, siendo presidente cambio olímpicamente su
posición de candidato frente a la lucha en defensa del medio ambiente. De agua
si oro no, a oro si agua no. El pueblo le recordó.
Sin duda alguna
su puesta en prisión, la inusual publicidad con que se ejecutó y la alegría
desmedida de la derecha peruana, permitieron, a pesar de las muchas pruebas que
obran en su contra y de la mediocre gestión realizada, reponerse del golpe y
usarlo a su favor. No es un advenedizo, es un curtido militante de Patria Roja,
partido con muchas artimañas. Otro aspecto importante, no lo olvidemos, es que
Goyo fue el único candidato abiertamente anti minero conocido y reconocido por
su oposición al proyecto Conga. Y en todo Cajamarca hay un sentimiento en
contra de esta actividad extractiva representada por Minera Yanacocha. La gente
sostiene y con mucha razón, que después de tantos años de explotación aurífera
y otros minerales, nunca llegaron los beneficios a la población, menos a los
más pobres. Apropiación de tierras y del agua, abuso impune, contaminación y
otros daños son los males heredados.
De la mano con
esa posición anti minera de la población, se alimentó un fuerte rechazo al
centralismo limeño, soberbio, sordo e insolente. Que buscó por todos los medios
hacer viable esta operación aurífera. Represión con muertos, presos, pueblos
tomados militarmente, y el azuzamiento permanente de la prensa capitalina
contra los dirigentes y campesinos defensores del agua. El temor fundado y comprensible
de perder sus tierras y la disminución de las áreas agrícolas y ganaderas por
la gran cantidad de denuncios mineros que existen en toda la región.
Considerando que Cajamarca ha sido siempre reconocido por estas actividades
económicas.
El otro factor
importante de este triunfo lo explican los otros dos contendores más fuertes al
gobierno regional. Personajes muy cuestionados, cuyas credenciales políticos y
morales son muy conocidas. Ambos candidatos de las filas del fujimorismo,
organización en la que la honradez no es un activo. Portavoces de la posición pro minera,
representantes del centralismo limeño. De un partido que gobernó un decenio robando,
asesinando y entregando las riquezas del país a la trasnacionales con pocas
exigencias de respeto ambiental y humano. Goyo no es una dulzura, pero estaba
en el lugar preciso. También sumó la millonaria y
grotesca campaña desarrollada por muchos de sus candidatos a alcaldes
provinciales, como en el caso de Chota, quienes desenfundaron la billetera del
dinero negro.
A diferencia de
la elección en Lima en la que la población votó con un pragmatismo humillante por
quien roba pero hace obra, en Cajamarca la lectura es otra. Se votó contra el
abuso centralista, la falta de consulta y respeto a los campesinos, se votó
contra la minería sin responsabilidad social. Ni siquiera fue el mal menor sino
la única opción existente. Tampoco un explosivo renacimiento izquierdista. Sabemos
que Goyo Santos, de santo no tiene nada, por sus desmedidas ansias políticas y
personales, por el uso de la lucha anti minera para sus fines electorales, por
su magra gestión y por los latrocinios que también se ejecutaron para sustentar
estas aspiraciones. Pero fue el único y las circunstancias lo favorecieron.
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