domingo, 26 de octubre de 2014
OJO AL PIOJO ¿COINCIDENCIAS?
La captura y puesta en prisión por corrupto del
ex alcalde de Chiclayo, Roberto Torres Gonzales, ha destapado algunas cosas
interesantes para el pueblo de Chota. No por lo que él afirmaba en muchas
entrevistas, de sentirse, felizmente para nosotros, más chiclayano que chotano,
sino porque entre la información recopilada por la fiscalía y la policía a sus
teléfonos intervenidos, hay una de relevancia que puede explicarnos por qué
Jeiner Julón regresó al municipio de Chota más fresco que una lechuga.
Pues resulta que entre las conversaciones
captadas al intervenido teléfono del ex alcalde chiclayano hay una muy
especial, en la que Jeiner Julón, a la sazón inubicable prófugo de la justicia por una condena de 10 años que le
impuso el poder judicial por lavado de activos, le solicita desde la clandestinidad,
que haga uso de su influencias con los jueces que tenían a cargo la apelación
de su sentencia. Coincidentemente, tiempo después, dicha sentencia fue anulada sin
valorar adecuadamente las pruebas por la Sala Penal Transitoria de la Corte
Suprema.
Por su parte, el jurista chotano Fidel Rojas,
autor entre otros textos del reconocido “Delitos contra la Administración
Pública” en el que sustenta y cuestiona el tema de la corrupción, terminó
siendo el defensor de cabecera del detenido ex alcalde chiclayano. No olvidemos
que cuando fue sentenciado y suspendido en funciones y su caso estaba siendo
debatido en el Tribunal Constitucional, fue él quien lo defendió y logró una
sentencia favorable. Pero también asesora al presidente regional de Cajamarca
Gregorio Santos, preso e investigado por corrupción, y oh sorpresa, del actual
alcalde del municipio chotano Jeiner Julón, procesado por los mismos delitos. ¿Coincidencias?
De jurista connotado a defensor de corruptos.
Hay, evidentemente, un invisible hilo
conductor que comunica a todos los podridos con el poder que debe investigarlos
y sancionarlos. Y no me refiero al dinero, si no a los profesionales y
operadores que se encargan de este hediondo trabajo, gracias a la abundancia de
la fortuna acumulada. Se convierten en indispensables y ubicuos en todos estos
procesos para ingresar expedientes en mesa de partes y acelerar apelaciones o
direccionar a qué sala van, contactar con los magistrados corrompidos, etc. Es
decir, solucionar o dilatar, según convenga, los procesos judiciales. Esperemos
que el poder judicial solicite la transcripción de la delatora llamada entre
investigados y la OCMA haga lo suyo con la sala que anuló la sentencia a Julón.
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