sábado, 19 de enero de 2013


LA IMPUDICIA DIRIGENCIAL APRISTA

Atrás quedaron los radiantes días en que la dirigencia aprista se acercó a la flamante electa alcaldesa por Lima Susana Villarán para felicitarla, festejar junto a ella “la derrota de la derecha” y desearle muchos parabienes en su inaugural gestión. Como ya es historia conocida de esta vieja organización (con el perdón de su militancia honesta y que jamás medró de las gollerías de sus dos ex gobiernos), este partido es un eximio acreditado en las cabriolas políticas, las permutas de bando y discurso inesperados. Toda la nomenclatura partidaria, sin discusión alguna, baila al compás del ritmo del autócrata permanente y non plus ultra mandamás Alán García.

Ahora es cuando han empezado a mostrar su clásica faceta de astuta hipocresía, la de la doble cara, del discurso pendejo, del vivo criollo y de la politiquería barata. Sin importarles la opinión de sus obsecuentes militantes. La segunda línea de ataque partidaria ha salida con espada desenvainada a darle del alma a Susana Villarán. Se han colocado al frente de la revocatoria con argumentos insustanciales y manidos pero con la firme convicción de tumbársela, allanar el camino de Castañeda al municipio, loores a Nadine por su decisión de no postular a la presidencia el 2016 y dejar expedito el camino para el regreso al palacio de gobierno de un agazapado, por el momento, Alan García. Un tramado juego de ajedrez en la que la decencia no tiene absolutamente espacio.

Esto ponerse al frente de debate de la revocatoria limeña abre un nuevo escenario que podría favorecer a la alcaldesa. En tanto los rostros primigenios pro revocatoria eran difusos tirando a grises, dirigidos por un impresentable Marco Tulio junto a una gavilla de facinerosos poniendo el pecho y sus aportantes bamba, no presentaban un blanco fijo para el debate. Con el Apra  en la vera opuesta las cosas cambian. Y es que este partido tiene una fuerte resistencia en Lima por sus dos gobiernos, el primero desastroso en todos los aspectos y el segundo corrupto y con promesas incumplidas. Sin embargo, esto no es sencillo, el Apra es el único partido con una gran estructura de personeros duchos que pueden complicar el proceso en las mesas en la hora del escrutinio.

Es el momento oportuno en que Susana villarán y su equipo se concentren en un alturado  debate y se dediquen fundamentalmente a mostrar sus obras en ejecución y proyectos para Lima.  Dejando de lado los reprobaciones en la que los otros son expertos espadachines. Sin obsesionarse por mostrar la inmundicia de muchos de los abanderados revocadores que eso ya no surte efecto en el votante. Sabido es que de inmundicia política está alimentada y envenenada nuestra vida republicana. Tienen que aplicar una estrategia fina de alto contenido informativo. No olvidemos que el partido de la estrella ya empezó a funcionar a ojos vistas desplazando a los asalariados primigenios. Y eso de querer pintar a la alcaldesa como pituca, tal como lo hicieron con Vargas Llosa y Lourdes Flores, son palabras del eficiente diccionario alanista.




















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