sábado, 5 de mayo de 2012


CONGA Y VRAE: VERDADES O MENTIRAS INCONCLUSAS

El gobierno parece naufragar en sus propias palabras. El conflicto sobre el proyecto minero de Conga y la Operación Libertad desarrollada en el VRAE para liberar a un grupo de trabajadores secuestrados y luego el aniquilamiento del grupo armado responsable, se han convertido en sus mayores tropiezos por la torpeza de los ministros responsables, fuertes dosis de improvisación y muchas mentiras deslizadas impunemente.
Frente a Conga, el primer gran conflicto que desafió el presidente Humala, lo primero que hizo luego de cambiar de discurso fue sacar al primer ministro dialogante, militarizar Cajamarca hostigando y satanizando a los dirigentes, para posteriormente anunciar con bombos y platillos la realización de un peritaje que supuestamente despejaría todas las dudas de los cajamarquinos y el país entero. La verdad es otra.
El famoso peritaje no fue sobre el proyecto en sí, sino sobre el fraudulento EIA aprobado por un funcionario de Yanacocha circunstancialmente trabajador del Ministerio de Energía y Minas. Entonces el peritaje estaba diseñado para legitimarlo. Sin embargo, ha sembrado más dudas que certezas. Los peritos que deberían haberlo explicado fugaron con argumentos tontos como que su vuelo los dejaba. Luego un arrogante primer ministro anunciaba que el EIA estaba en orden según los resultados y el otro traductor, el ministro del ambiente, lo desmentía porque decía que si habían algunas observaciones serias. Asunto de palabras.
Sin embargo lo del VRAE linda con lo surrealista. Afirmaron que tras una impecable operación los trabajadores fueron liberados. Testimonios de los involucrados refieren que fue por voluntad de sus secuestradores. Pero lo grave radica que en plena campaña contra los Quispe, un helicóptero fue derribado y otro que iba al rescate abandonó a tres policías en medio de la selva cusqueña por decisión de un capitán asustado. 1500 hombres con chalecos inservibles y rancho de pésima calidad no pudieron ubicarlos en una dudosa búsqueda puesta en evidencia posteriormente por los familiares de los tres policías.
Mientras los ministros seguían anunciando victorias sin mostrar nada palpable, periodistas entrevistaban a un camarada Gabriel sonriente y relajado, en tanto uno de los dos policías sobrevivientes, Luis Astuquillca  caminaba 17 días para salvar su vida y llegar al poblado de Kiteni. César Vilca, otro policía herido, era rematado salvajemente por las huestes de los Quispe. Lo doloroso de estos hechos es que nunca los buscaron como lo proclamaban y fueron dejados a su suerte. Fue el heroísmo y valentía de su padre, un sencillo hombre que al ver la inacción de los mandos a cargo de la operación, se adentró en la selva, ganó la confianza de los pobladores y dio con el cuerpo asesinado de su hijo.
Si el conflicto sobre Conga aún no vislumbra una solución por falta de diálogo y pese a los entendimientos iniciales entre la minera y el gobierno, y las promesas de éste para un rápido desarrollo en la región, los paros y huelgas están a la vuelta de la esquina. Lo de VRAE ha resultado una caja de pandora. Un Estado sin inteligencia, sin planes estratégicos de desarrollo de la zona, sin saber contra quien se pelea y ya con ocho muertos y una población temerosa y desconfiada del estado, no es muy alentador los resultados que debemos esperar.

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