En 1976 la dictadura que
gobernaba de facto en Argentina irrumpió en su domicilio para arrestarlo y
desaparecerlo. Como no lo hallaron, se llevaron a su hijo Marcelo Ariel, de
veinte años, y a su nuera María Claudia de diecinueve años y embarazada de
siete meses. A su hijo lo asesinaron con sevicia, lo mismo hicieron con la
chica después que alumbrara en cautiverio. 14 años después encontrarían el
cadáver de Marcelo en el fondo de un río y años más tarde, gracias a gestiones
de muchas personas influyentes, recuperó a la nieta Andrea criada por militares
paraguayos.
Juan Gellman, el hombre que
convirtió toda esta desolación en poesía, acaba de fallecer justo cuando se
preparaba para festejar su cumpleaños número ochentaicuatro este 18 de enero. Su
militancia política y sus férreas convicciones políticas lo obligaron a salir
para cumplir tareas partidarias en Europa. Posteriormente huir de su natal
Argentina y exiliarse en México. Desde
entonces tomó residencia en ese país que lo acogió como a un hijo predilecto
más hasta el día de su fallecimiento, producto de una enfermedad llamada
síndrome de mielodisplasia.
La dictadura que asesinó a su
hijo y a su nuera, secuestró a su otra hija Nora Eva, no pudo arrebatarle la
luz que fulguraba en su palabra. La dimensión humana con que reconcilió toda
esa tragedia personal en una hermosa y profunda poesía, toda su furia contenida
en ternura artística. Publicó: Cólera buey (1964), Hechos y relaciones (1980),
Carta a mi madre (1989), Salarios del impío (1993) y Bajo la lluvia ajena
(2009). Le otorgarían el Premio Juan Rulfo en el 2000, el Pablo Neruda en el
2005 y el Premio Cervantes en el 2007. Como reconocimiento a su gran
trayectoria y calidad literaria y a su gran compromiso con la poesía.
http://www.youtube.com/watch?v=YIgYKnMR_4o