sábado, 13 de julio de 2013

LAS ESTRATAGEMAS DE UN FALAZ

Las declaraciones de Nadine Heredia, esposa del Presidente de la República, negando cualquier posibilidad de ser candidata presidencial del oficialismo, vulnerando algunas leyes, para las elecciones de 2016, dejan a don Alan García sin su manida muletilla de la “reelección conyugal” y abren un curioso escenario en el que el ex presidente deberá surfear sus problemas con la ley apelando a su histrionismo y con otros recursos.

Y es que la supuesta “reelección conyugal”, fue convertida en un leviatán político para el oficialismo por un artificioso Alan García que intentó nuevamente evadir el escrutinio público sobre los actos de corrupción de su segundo gobierno. Todos los días él y sus segundones porfiaban en la prensa allegada y agradecida de su quinquenio, sobre la posible hecatombe democrática si es que la primera dama se convertía en candidata con alguna argucia gubernamental.

Así intentó sacar de las primeras planas, sin conseguirlo totalmente, una de sus más caras perlas: los famosos narcoindultos que día a día se acercan más al ex despacho presidencial. Facundo Chinguel su hombre de confianza ya está preso. Sin embargo, la megacomisión que lo investiga está documentando un largo prontuario de delitos cometidos, entre ellos utilización de aparatos del estado para perseguir a personas inocentes declaradas enemigos suyos, el caso BTR, irregularidades en el programa Agua para Todos, etc.  Esto lo tendría preocupado y, como afirma Rosa María Palacios, muy asustado. Inclusive se baraja una posible acusación constitucional en su contra y así sepultar no sólo sus anhelos presidenciales del 2016 sino su superlativo narcisismo.

Pero Alan García, soberbio y falaz, a la par que nos entretenía con la posible candidatura de Nadine, presentaba una acción de amparo contra la megacomisión que lo investiga, porque aparentemente vulneraron sus derechos. Cuando pocos días antes afirmaba orondo públicamente que él jamás se correría de las investigaciones. Busca así evadir la investigación congresal y ponerse en manos de una fiscalía esencialmente aprista. Con esta jugada asegura impunidad. Durante su primer gobierno y con una ayudita de Fujimori y Montesinos apeló a la prescripción de sus delitos. Ahora busca el archivamiento como ya han sucedido con otras denuncias que fenecieron en las fiscalías que lo investigaban.

Si la acción de amparo contra la megacomición se resuelva contra el ex presidente, cosa que dudamos por la fuerte injerencia aprista y fujimorista en el poder judicial, no nos sorprenda que como buen titiritero y marrullero político de la peor estirpe, nos salga con otra ardid que pretenda mantenerlo al margen de cualquier pesquisa parlamentaria. Obviamente, seguirá con su otro empalagoso rollo afirmando que él es un perseguido y que todo está digitado desde palacio de gobierno. Desgastado discurso que usan todos los corruptos para no rendir cuentas de sus trapacerías.









  

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