sábado, 27 de julio de 2013
VOX POPULI
Existen palabras acuñadas por el
pueblo o por algún periodista sagaz que definen un periodo oscuro de nuestra
inmadura vida republicana. La historia reciente está plena de estos estigmas
porque los gobernantes han hecho lo indecible para merecerlos. Estos términos
sintetizan con cierta ironía y magistralmente la conducta sórdida e innoble de
ciertos políticos o gobernantes. Recordemos algunos de ellos.
La página 11: Durante el primer gobierno de Fernando Belaúnde se
firmó un Contrato o Acuerdo de Bases con la International Petroleum Company
(IPC), allí se detallaba el precio que la empresa norteamericana debería pagar
por el barril de petróleo, y que según denuncias, estaba por debajo del precio
internacional. Carlos Loret de Mola, ex presidente de la empresa Petrolera
Fiscal, acusa la pérdida de la página 11. Al día siguiente cae todo el gabinete
y luego el mismo Belaúnde por el golpe de estado que dirigió el general Velasco
Alvarado.
Los vladivideos: Fueron todo un boom, gracias a los que se pudieron
ver (muchos desaparecieron sospechosamente de los juzgados y otra buena
cantidad se los llevó el principal implicado) se descubrió lo que ya se
sospechaba, la podredumbre de la mafia que gobernaba el país. Fujimori y su
socio Montesinos compraban parlamentarios, líneas editoriales de periódicos,
canales de televisión, envilecieron a las fuerzas armadas, corrompían todo lo
que tuviera precio. Al hacerse público el primer vladivideo, como un castillo
de naipes se derrumbó la mafia y el capo, Alberto Fujimori, huyó como un
cobarde y renunció a la presidencia por Fax.
Los narcoindultos: Nos muestran a un Alan García indulgente
liberando a diestra y siniestra a cuanto narcotraficante u otro delincuente
pudiera, obviamente previo arreglo económico con el personal designado por él
para este menester. Los liberaba sin importar la gravedad de sus delitos y el
peligro que representaban para la sociedad. Alan García tiene el sombrío
privilegio de acuñar otros estigmas durante su primer gobierno, los dólares
MUC, el tren eléctrico.
El avión parrandero: Alejandro Toledo fue el encargado de cambiarle
de definición al avión presidencial, gracias a sus fines de semana disipados y
su gusto por el whisky, que según denuncias de la época se bebía en el avión
durante los viajes del ex presidente. Pero Toledo tiene en Ecoteva, la empresa
costarricense que compró la millonaria mansión de su suegra, su mayor y mejor
aporte.
La repartija: Al mismo estilo del lumpen, Ollanta negoció con su
aliado y parte de la oposición, la conformación de importantes instituciones
del estado. De la misma manera como los delincuentes se dividen el producto de
su robo, así, cual botín, se repartieron la cantidad de miembros que cada
partido aportaría a cambio de un voto cerrado y solidario. La repartija sacó a
los ciudadanos a las calles, la indignación creció y los repartijadores
tuvieron que recular no sin antes querer hacernos entender que organizar tal
repartija les costó mucho esfuerzo y grandes negociaciones. Eso es
indiscutible. Esta es la manera predilecta como estos ilustres caballeros,
(padres de la patria, gobernantes y demás políticos) hacen patria.
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